Entonces, ¿quieres abrir un restaurante?

Todos conocemos a alguien que quiere tener su propio restaurante, lo dicen con la voz llena de entusiasmo, aventura y diversión, como si fueran a invertir en un parque de diversiones y por fin tuvieran la oportunidad de invitar a todos sus amigos, y poder subirse a esa montaña rusa todas las veces que quieran y sin necesidad de un fast pass, porque ese juego es, por fin suyo.

Pues déjenme les platico que sí, tener un restaurante es técnicamente tener una #montañarusa, es emocionante cuando comienza, te imaginas como será y sonríes nervioso.

Luego vienen las bajadas y sientes que tienes el estómago en la cabeza, todo pasa tan rápido que no sabes si estás abajo o arriba, y en el fondo sientes, que tal vez, subirte no fue una buena idea y mientras lo estás pensando, pum, de repente termina y te das cuenta que sobreviviste y te invade una enorme satisfacción, sonríes, se te olvida todo y te vuelves a subir.

Lo que te puedo decir, es que abrir un #restaurante no es para todos, la cantidad de factores que tienen que fusionarse casi simultáneamente para materializar esa idea en tu cabeza es casi utópico, no sólo requiere una buena #inversión, sino también preparación, mucho tiempo, temple de acero y un buen equipo, por nombrar algunas.

Pero, sobre todo, requiere PASIÓN, pasión por la #comida, por la #hospitalidad, por servir, por crear, por coordinar, por desarrollar, por aportar, por hacer la diferencia; porque habrá días en que sólo la pasión por lo que haces, es lo que te mantendrá lo suficientemente loco como para subirte al juego otra vez.